Que si comprar lámparas LED, desenchufar de noche los aparatos, darse duchas más cortas, poner el aire en 24 en verano o abrigarse con un pulóver extra en invierno. El tema del ahorro de energía se volvió para los argentinos una especie de obsesión, y tampoco es para menos dados los brutales aumentos en las tarifas de electricidad y gas.
Ahora bien, hay un modo de ahorrar energía que por estos lares casi nadie toma en cuenta y que sin embargo constituye una pata clave para empezar por fin a reducir los montos de las facturas. ¿De qué se trata? De algo en realidad bastante simple: el aislamiento del hogar.
Según una tabla publicada en la web del Ministerio de Energía la iluminación representa solo un 3 por ciento del consumo de energía de las casas. Y en cuanto a la refrigeración de los ambientes -básicamente el aire acondicionado- consume el doble de energía: un 6 por ciento. La calefacción es por lejos el principal contribuyente, con un 35 por ciento del consumo y superando a los otros dos mayores responsables de la demanda energética doméstica: el agua caliente sanitaria (con un 14 por ciento), y la heladera (con 13 por ciento).
Entonces -si de mantener la temperatura ambiente se trata- son varias las medidas que podemos tomar para lograrlo. Van a continuación algunas pistas.
En invierno
- Colocar burletes en ventanas y puertas.
- Abrir las persianas durante el día para que se filtre el calor del sol, y cerrarlas por la noche para cubrir las ventanas del frío.
- Ventilar la casa de manera inteligente, esto es: abriendo las ventanas solo de cinco a 10 minutos.
En verano
- A veces un ventilador es suficiente para refrescar ciertos ambientes (y así se puede prescindir del aire acondicionado).
- Es súper importante limpiar los filtros, ya que si están sucios necesitan funcionar más tiempo para lograr el mismo resultado que si estuvieran limpios.
La mejor forma de aislar
Pero lo que puede realmente marcar la diferencia en aislación son los materiales de construcción que están en contacto con el exterior desde el techo hasta las paredes, ya que la reducción de las transmitancias (esto es: la cantidad de energía que atraviesa un cuerpo) se consigue utilizando tanto carpinterías y vidrios más eficientes como mejorando toda la envolvente del edificio.
Según la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética, «aislar térmicamente las paredes, techos y pisos puede llegar a representar una reducción del consumo de calefacción y aire acondicionado de entre un 35 y 70 por ciento».
¿Cuáles son estos materiales termoaislantes que permiten retener el calor en los meses de invierno y repelerlo durante el verano? La pregunta resulta clave si ha llegado el momento de construir una casa o de realizar reformas.
La fibra de vidrio, el poliestireno expandido y el yeso son algunos de estos materiales. En el caso del yeso, además de ser un excelente termoaislante es resistente al fuego y gran absorbente de la humedad gracias a sus poros de gran tamaño. En cambio los muros simples de ladrillo macizo o hueco no ofrecen por sí solos un rendimiento óptimo de aislamiento térmico, carencia que suele compensarse con una excesiva calefacción o refrigeración de los ambientes.
Knauf es una empresa alemana de materiales de construcción que este año cumple dos décadas en la Argentina y utiliza el yeso como materia prima de todas sus placas. Desde la compañía explican que cuando el clima se reseca, las paredes de yeso devuelven automáticamente la humedad retenida al ambiente, convirtiendo al material en un regulador de la humedad y un verdadero aire acondicionado ecológico, que funciona las veces que sea necesario y sin ningún gasto de energía. De ahí que con sistemas como los de Knauf, junto con la aislación correcta en ventanas, es posible conseguir una temperatura ambiente constante, y tanto en invierno como en verano.
¿Quién gana con un uso más racional de los recursos?
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial se ocupó de cuantificar en un estudio cuál sería el ahorro de energía en el país si la construcción de viviendas requiriese un aislamiento térmico moderado. Y llegó a la conclusión de que el ahorro real de consumo de energía destinado a calefacción para uso residencial sería de 43 por ciento respecto a la actual demanda registrada.
«Se podría decir que el ahorro energético es hoy uno de los atributos fundamentales de los sistemas de construcción en seco, gracias al progreso tecnológico que ha venido dando en su elaboración» señala desde Knauf Argentina María Soledad Silva. «No solamente estamos viendo que cada vez más países establecen una normativa del ahorro energético, sino que también los propios consumidores muestran una renovada conciencia ambiental y lo buscan para sus hogares».
El tema es que el beneficio del aislamiento térmico no solo se lo lleva la economía del hogar, sino también el medio ambiente en general. Sucede que estamos hablando de más eficiencia, menos derroche y en última instancia, menos presión sobre nuestros recursos naturales.